Bendicion Tibetana

Que todos los seres sean felices.
Que todos los seres alcancen la paz.
Que todos los seres estén protegidos de cualquier daño, interno o externo.
Que todos los seres estén sanos y fuertes.
Que todos los seres se liberen.
Que todos los seres se iluminen.

Que así sea, así es ... hecho está.

jueves, 7 de junio de 2012

La Felicidad










El ser feliz no es un estado de ánimo, es una actitud constante…
Como muchos de los temas más profundos de nuestras vidas, todos tenemos una noción interna sobre qué es la felicidad, pero nos parece muy difícil explicarla. Ocurre lo mismo al pensar en conceptos como “Justicia” o “Solidaridad”.
Generalmente cuando pensamos en felicidad vemos sus efectos, pero pocas veces analizamos con cuidado sus causas: ¿Qué nos hace felices? ¿Es posible que esta felicidad sea un estado permanente?
Es fácil confundir la felicidad con el bienestar. Por eso muchas personas tienden a equivocar el sentido de los bienes materiales en sus vidas, creyendo que les dará una felicidad que nunca encuentran. Y es que las cosas materiales nos dan bienestar: es más cómodo viajar en un coche que en un transporte público, es agradable tener abrigo cuando hace frío, ese necesario tener algo qué comer. Pero ese bienestar no tiene nada que ver con la felicidad.
La felicidad es un concepto mucho más profundo de estabilidad, seguridad, esperanza. La felicidad no es la falta de problemas o la ausencia de dificultades. ¿Se puede ser feliz en medio de una tormenta? Sí, porque la felicidad no es algo que esté necesariamente fuera de nosotros. El primer sitio donde debemos encontrarla es en nuestro interior. Es muy difícil ser feliz con una actitud de resentimiento o de enojo hacia la vida. Tampoco se puede ser feliz si depositamos nuestro corazón en cosas materiales o en las personas equivocadas. El vivir de manera continua un conjunto de valores nos brinda la estabilidad necesaria para sentirnos completos. La felicidad tiene mucho que ver con el vacío o plenitud de nuestras vidas en su sentido más profundo.
 Pero la felicidad no está únicamente en nosotros mismos, también está en el darnos a los demás: la generosidad en la amistad, la ayuda al desvalido, el apoyo en los momentos difíciles. El volcarnos hacia los demás es una de las fuentes más preciosas para una genuina felicidad.
 En este mundo actual de teléfonos móviles, internet y tecnología es fácil centrarnos en nosotros mismo y nuestros problemas y también es fácil olvidarnos de los demás. Sin embargo en la medida en la que nos preocupamos más por los demás y menos por nosotros mismos se resuelven dos problemas: el de la persona a la que estamos ayudando, y el nuestro porque nuestra vida cobra un nuevo sentido.

 La felicidad también tiene mucho que ver con nuestra actitud hacia los problemas y las preocupaciones, que siempre estarán presentes en nuestras vidas de una forma o de otra, sin embargo una actitud positiva y una esperanza continua ayudan muchísimo más que una actitud pesimista, un encerrarse en sí mismo y una visión “amarga” de la existencia. La felicidad es el resultado de un esfuerzo constante para superar los problemas o de un trabajo intenso y continuado por mucho tiempo. No se es optimista porque todo sale siempre bien, sino porque aunque las cosas salgan mal, se confía en que siempre habrá personas que nos ayudarán a superar las dificultades.
El ser feliz no es un estado de ánimo, es una actitud constante; para lograr esto podemos considerar como fundamental:

- Aprender a disfrutar de las pequeñas y cotidianas cosas de nuestra vida: la conversación, el descanso, el trabajo, la naturaleza, la amistad…

Debemos ser conscientes que el afán desordenado por encontrar satisfacciones conduce a una falsa felicidad, es decir, simplemente un placer..

 - Ver en nuestras ocupaciones cotidianas un motivo de Felicidad.

- Cualquiera que sea nuestro trabajo, es la expresión de lo que podemos y sabemos hacer. Realizarlo con entusiasmo, bien hecho y completo se convierte en una satisfacción y nuestra carta de presentación en la sociedad en que vivimos.

 - Aceptar nuestras cualidades y limitaciones sin renunciar a mejorar. Con frecuencia podemos centrar nuestra atención en las cosas que nos faltan (bienes, mejor puesto en el trabajo, capacidad de relación social). Debemos aprovechar el tiempo en encontrar todo aquello que nos ayuda a superarnos: estudiar más, prepararnos para trabajar en la labor que mejor desempeñamos o acercarnos a las personas que nos puedan enseñar y sugerir mejores alternativas.

- Tener una actitud positiva ante las personas y las circunstancias.

Esto implica la comprensión que tengamos hacia los errores y actitudes de los demás, evitando provocar problemas y conflictos. Siempre será mejor enseñar como se pueden hacer mejor las cosas, valorando el esfuerzo y los logros obtenidos

 Ser perseverantes en las dificultades, esforzándonos por descubrir lo positivo de los problemas, tratando de sacar provecho de la experiencia.

- Hacer lo posible por crear un ambiente agradable: contando anécdotas, organizando pequeños torneos deportivos para los amigos o la familia, festejar los cumpleaños, ver una película que sea divertida… Por lo general no se requiere de organizar grandes eventos, lo más sencillo es lo mejor.

La Felicidad esta implícita en la vivencia de los demás Valores, cada uno de ellos nos aporta la posibilidad de llevar una vida plena, positiva y llena de optimismo.

No podemos renunciar a ser felices, aprendiendo nosotros, estamos en condiciones de hacer felices a quienes nos rodean, enseñando que la felicidad no esta en tener una vida fácil, sino en procurarnos mutuamente la alegría, el apoyo y dirección en todo momento.


miércoles, 6 de junio de 2012

Reiki energia de amor




El Reiki es una terapia ancestral que ayuda a canalizar y armonizar la Energía Universal con la energía física de la persona que se somete al tratamiento.

La palabra Reiki es una palabra japonesa que se refiere a la "energía universal", a esa fuerza de la que surge la vida.
Los cuerpos vivientes, humanos, animales, o plantas, irradian calor y energía. Esta energía es la fuerza vital y ha sido denominada con tantos nombres como civilizaciones humanas han existido. Los japoneses la llamaron KI y ésta es la raíz que aparece en la palabra Reiki.

REI significa Universal y se refiere a la esencia energética cósmica, que interpenetra todas las cosas.
El Reiki es un proceso de encuentro de la Energía Universal con la energía física de cada individuo. Ocurre cuando la persona es sometida a un proceso de sintonización con la misma, realizado por un maestro capacitado.


La esencia del Reiki es el amor, esa vibración divina que emite alegría, paz y vida y que lo abarca todo. Reiki te abre al amor, la energía sanadora por excelencia, y te conduce hacia él.
Reiki ha sido definido como una energía semejante a las ondas de radio, pudiéndose aplicar con eficacia, en contacto directo o a distancia. Es una energía inofensiva, sin efectos secundarios, es práctica, segura, eficiente y compatible con cualquier otro tipo de terapia.

También es definido como energía-Luz, que penetra en el organismo a través de los siete chakras principales, localizados desde la base de la columna a la parte superior de la cabeza, y que la distribuyen a todo el organismo, reequilibrándolo.

En una sesión de Reiki, el practicante de Reiki impone sus manos sobre el cuerpo del receptor (que no ha de sacarse la ropa) y deja fluir. La cantidad de energía recibida por el paciente está determinada por el propio paciente, el terapeuta reikiano se limita a dirigir la energía haciendo de intermediario entre éste y el proveedor -el Cosmos- que la entrega de forma ilimitada.
Cuando impones tus manos con amor, ya estás transmitiendo Reiki. El amor es la energía sanadora. No obstante, un maestro de Reiki puede ayudarte con una iniciación a canalizar de manera consciente esa energía. El preparará tu cuerpo físico y etérico para convertirlo en un canal de energía con la técnica heredada del Maestro Usui y sus descendientes.
La Energía Universal está al alcance de todos, todos podemos ser un canal de Reiki, independientemente de la edad, sexo, ideología... ¡Es simple y maravilloso! Tan sencillo como sorprendente. No existe límite alguno, después de la iniciación sólo tenemos que depositar nuestras manos para la propia autosanación o la de otros y, simplemente, la energía fluye. Como la energía utilizada no es la del practicante, sino la Energía Vital del Universo, practicar Reiki no desgasta sino que revitaliza al practicante.




Una iniciación de Reiki es un proceso que abre los CHAKRAS Corona, Corazón y palmas y los conecta con la Fuente de Energía Reiki.
Se enseña a sentir, canalizar y a transmitir la energía mediante la imposición de manos, actuando así como un canal energético.

La Energía Sintonizadora abre sus sistemas y hace algunos cambios en los Chakras, Aura y también en el Cuerpo Físico de una manera energética para canalizar Reiki. Estos cambios sólo son comprensibles para nuestro corazón y nuestra alma, y nos ayudarán a equilibrar y a desbloquear nuestros centros energéticos (Chakras), permitiendo un mejor fluir.

Al recibir una Iniciación te conviertes en parte de un grupo de personas que están utilizando Reiki "para curarse a si mismos y a los demás" y que también pueden trabajar juntos para curar a la Madre Tierra.